Después del Veroño, esta particular estación del año que hemos vivido en la que bajábamos a la calle en sandalias y abrigo y no sabíamos a qué atenernos, el invierno está aquí y viene pisando fuerte. Y, ¿qué es lo viene con el invierno? Las Navidades.

Los centro comerciales ya nos muestran que sí, que la Navidad acecha, y que aunque quieras, este año tampoco te será fácil librarte de ella. Seguro que si eres de Madrid reconocerás los síntomas de la Navidad en esta ciudad:

1. Gente con pelucas de colores por Sol. Caminar por el centro de Madrid no es tarea fácil en ninguna estación del año, pero para saber que estás en Navidad basta con reconocer algo: las pelucas de colores en las cabezas de los viandantes. Nadie ha sabido nunca quién fue el primero en hacerlo ni por qué le pareció una buena idea, pero desde hace muchos años, si es Navidad tiene sentido llevar una peluca rosa en la cabeza mientras paseas por Sol. El resto del año, no. Así es, y así lo sabes si has nacido en Madrid.

2. El chocolate con churros se convierte en una necesidad vital. El resto del año no piensas en él, pero en estas fechas el chocolate con churros equivale al agua el en el desierto. Verás a gente agolpada que hace colas en San Ginés y en la chocolatería Valor junto a Callao, y sí, tú también la has hecho o la harás. Da igual en qué punto hayas celebrado el fin de año, que serás capaz de cruzar la ciudad entera a cero grados, descalzo y con el maquillaje demacrado sólo por ese chocolate con el que empezar el año engordando.

3. Cortilandia, el mayor reto de la paternidad. Has ido de pequeño, has vuelto de mayor, y acto seguido has pensado en lo mucho que tus padres te querían cuando eras niño. Cortilandia es ese lugar donde puedes presenciar auténticos ataques de ansiedad para conseguir el primer puesto y ver bailar muñecos gigantescos, pero si has nacido en Madrid viviste la ilusión de estar a hombros de tus padres en ese lugar, y vivirás la ansiedad de conseguir un buen sitio para llevar a tus sobrinos/hijos o similares.

4. Nunca has tomado las uvas en Sol. Vives en Madrid y llevas décadas más cerca de la capa de Ramón García que nadie, pero sin embargo nunca has ido allí. Si fueses de cualquier otra ciudad sí lo habrías hecho, pero si eres de Madrid, no.

5. La Mallorquina es el negocio más importante de Madrid durante estas fechas y vas a entrar. Lo sabes porque llevas haciéndolo años, da igual el motivo, sea que ha venido tu tía Pilar del pueblo y quiere unos merengues o sea que se te antojan a ti. En casos más graves y si viene alguien de más de 50 años de edad a Madrid con quién te une un vínculo fuerte, puede que tengas que entrar en ese infierno lleno de botones llamado Pontejos.

6. La cena de empresa es siempre un marrón si te toca organizarla a ti, y nunca vas a encontrar sitio en el restaurante que quieras, aunque llames en Julio. ¿Por qué? Porque todos los trabajadores de la ciudad eligen celebrarla el mismo día y a la misma hora.

7. Aunque tengas 30 años y no haya un solo niño a tu alrededor siempre te va a parecer una idea genial ver la Cabalgata por Telemadrid mientras comes roscón en pijama. Y siempre vas a pensar en cómo puede la gente cargar con una escalera para verla y hacerse hueco en primera fila. Esos son tus verdaderos héroes.

8. Sólo tú sabes reconocer dónde estaban las luces de la ciudad de este año el año anterior. Recuerdas haberlas visto en otra calle, y sabes reconocerlas. Ningún visitante de la ciudad podrá tener esa sensación, pero cuando ves el alumbrado de este año sientes un escalofriante deja vù.

9. Alguna vez te has roto algo patinando o se lo ha roto alguien que iba contigo. Todos hemos hecho la gracia de patinar sobre hielo en Navidad en Madrid, aunque no hayamos patinado sobre tierra en nuestra vida. Pero sí, en Navidad te ves capaz y te lanzas. Y si acabas en urgencias, también tiene algo de gracia porque es Navidad.

Contacta - 91 352 88 38

¿Tienes dudas? ¿Quieres un presupuesto sin compromiso? Escríbenos