Ayer se produjo el solsticio de verano, pero en muchos sitios se celebra mañana por la noche, en la madrugada del 23 al 24, durante la mágica noche de San Juan llena de misterio.
El Ritual de la Noche de San Juan utiliza la magia de las velas para conseguir nuestros propósitos. Está formado por un altar, seis velas con los colores del Arco Iris, una vela color marrón, una vela negra más pequeña, un recipiente con agua y laurel.
- El altar: Es el soporte sobre el cual vamos a realizar nuestro ritual. Lo compone un círculo con un heptágono circunscrito, porque el siete es el número mágico por antonomasia y simboliza los grados de perfección.
- Las velas de colores: Las seis velas de colores representan a la luz blanca del Sol, símbolo de pureza, que al descomponerse da como resultado los seis colores del Arco Iris (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta). A estos seis colores le sumamos el marrón de la séptima vela, color que simboliza la madre Tierra. Fíjaos en el número, siete de nuevo.
- La vela negra: Simboliza la oscuridad que procede del negro, los males que nos acosan. Es de menor tamaño y por eso se encuentra en inferioridad con respecto a la luz blanca representada en el resto de las velas. La oscuridad del negro será vencida por la claridad del blanco.
- El agua de manantial: Que cura los males, ahuyenta el mal de ojo, atrae juventud y belleza y contiene virtudes fecundantes…todo según antiguas leyendas.
- Laurel: Símbolo de victoria que además ahuyenta los malos espíritus.
Esparciremos alrededor del altar algunas gotas de agua siguiendo el sentido de las agujas del reloj cerrando un círculo completo. Luego encendemos las velas, primero la negra pronunciando la oración: «Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol». A continuación encendemos las demás velas por orden de numeración y pronunciamos la segunda oración por cada una de las velas en el momento de encenderlas: «La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido».
También podemos escribir en diferentes hojas nuestros propósitos, quemando lo negativo en con la vela negra o en la hoguera, el de los pensamientos positivos lo guardaremos hasta el año que viene.
Acabaremos el ritual saltando – con mucho cuidado- por encima de la hoguera y dejando que se consuman nuestras velas. El laurel lo guardaremos hasta el siguiente año para que nos proteja.
Así que ya sabéis, si mañana celebráis vuestra despedida de solteros o vuestra boda, podéis terminar la celebración con este ancestral ritual. Tenderéis una despedida original y os aseguraréis la buena suerte al menos hasta el próximo año.