Cuando se pretende crear dentro de una empresa equipos capacitados para el logro de los objetivos de la misma, una de las alternativas más efectivas es el team building. La construcción de equipos nos conduce a motivar a los participantes en su ámbito laboral, estimular el trabajo en equipo, potenciar el liderazgo, aumentar la confianza entre compañeros y mejorar la comunicación entre ellos.
Si bien, no es únicamente necesario organizar una actividad cualquiera donde participen los miembros de una empresa sin más, sino que es necesario tener en cuenta una serie de aspectos que permitan a los participantes hacer vivir unas experiencias, gracias a las cuales puedan huir de la rutina laboral.
A la hora de organizar un programa de team building hay cinco ingredientes indispensables, para que la actividad resulte ser todo un éxito.
Originalidad. En primer lugar, la originalidad debe ser nuestra amiga inseparable. Siempre que tengamos que idear una actividad tenemos que buscar ser originales.
Novedad. Muy unido a la originalidad, pero diferente a ella, es la novedad. Es decir, hay que tratar de hacer algo que antes nadie había hecho. Convertirnos en los pioneros de una experiencia es muy importante.
Diferencia. En la misma línea de los anteriores, la diferencia junto con la originalidad y la novedad, configuran una figura tridimensional necesaria para conseguir los objetivos propuestos.
Sorpresa. Una de las mejores estrategias para captar la atención del público es sorprenderle. Dejarles con la boca abierta significa un recuerdo permanente.
Emociones. Toda actividad debe llegar a lo más fondo de las personas, despertar esas emociones que hagan que se sientan bien.
Con estos cinco ingredientes se elabora un plato que hará que los comensales hayan disfruten de un día inolvidable y que a su vez les permita aprender más sobre ellos mismos y sobre sus compañeros. Y con todo ello, conducir a mejorar la productividad del equipo.